lunes, 24 de marzo de 2008

BECKY Y CANELA




Pasando por Universidad, por el metro zapata; desde la ventana del carro, alcancé a ver a lo lejos dos cositas pequeñas que se movían sobre la banqueta, nos metimos al estacionamiento de al lado y bajamos a ver; ahí estaban dos cachorritas demasiado pequeñas, caminando desorientadas sobre la banqueta; cuando nos acercamos, el conductor de un microbús me dijo “lléveselas señorita, la perra café es de raza buena”, me contó que un carro negro bajó a las cachorritas en el estacionamiento y se fue, y el policía de ahí, las cargó y las sacó a la banqueta. Una de las perritas era color café con muchas pecas blancas y con los ojitos claros, efectivamente era una perrita de raza (como dijo el señor), era una pointer legítima (Canela); la otra se parecía mucho a canela pero era negra con pecas blancas y pelito largo y despeinado (Becky), para mi las dos eran igual de hermosas, para la demás gente Becky era un perrita fea y Canela una linda perrita de raza. Conseguimos una cajita de cartón y las pusimos ahí para llevarlas al veterinario y después a casa de mis papás (¡Mis papás!; que con amorosa paciencia le han dado hogar temporal a muchos de mis animalitos rescatados ¡Gracias!).
En el camino las perritas se veían sumamente débiles y deshidratadas, pero parecían globitos con cabeza y patas, síntoma inconfundible de parásitos internos; les levantaba la cabecita con mis manos, y ellas la dejaban caer nuevamente sin fuerza alguna dentro de su cajita. El veterinario nos dijo que tenían aproximadamente un mes de nacidas, nos confirmó que Canela era pointer y nos dijo que Becky también, pero pointer alemán de pelo duro; pues yo no sé que sea Becky, para mi ella es una hermosa mezcla de la vida y nunca sabré de donde llegó o quien la dejó ahí, pero agradezco a la vida haber pasado por ahí cuando ellas me necesitaban.
Después de un tiempo de darles atención medica, ya desparasitadas, vacunadas y muy bañaditas, venía la parte más difícil otra vez: encontrar un hogar para ellas; a mucha gente le llamaba la atención Canela pero aparte de mi y de algunos miembros de mi familia nadie mas se interesaba por Becky, a mí las dos me robaron el corazón de la misma manera y las empecé a querer desde el momento que las ví en la banqueta ese día. Algunas personas me dijeron que estaban interesadas en adoptar a Canela; y fue ahí cuando cometí uno de los errores más grandes que puedes cometer cuando rescatas a un animalito: confiar en las personas equivocadas. Unos vecinos de mis papás me pidieron a Canela, me juraron que estaría muy bien y que nunca le faltaría nada, según ellos, se comprometieron a esterilizarla cuando estuviera más grande; estupidamente creí en ellos, y pensé que por ser vecinos estaría siempre al tanto de todo lo que pasara con ella. Así fue que se llevaron a Canela, yo se las entregué y me acuerdo de haberla visto sentadita en el carro con su moñito rojo en el cuello y yo sentía que mi corazón se iba con ella, pero creía que era para bien y sabía que yo ya no podía tener más perritos en casa.
Cuando separamos a Becky y a Canela, fue la primera vez que las oímos llorar, desde el día que las recogimos porque de pronto se sintieron solas y jugaban mucho juntas, cuando se llevaron a Canela, ella lloró, Becky lloró y yo también. Sin embargo ahora tenía que seguir buscando un hogar para Becky. Pasó el tiempo y nadie se interesaba por ella; Becky empezó a crecer y sus patitas largas la hacían parecer un caballito, cada día era mas difícil para mi pensar en tener que encontrar otro hogar para ella, así que ante la imposibilidad de llevarla a vivir conmigo a mi pequeño departamento, Becky seguía creciendo en casa de mis papás. Un día que fuí a visitarlos, me encontré junto a mi computadora uno de los carteles de Becky donde decía “Busco Hogar”, y junto a esa frase, escrita con pluma con la letra de mi Mamá había otra que decía: “Ya encontré”… Mi corazón dio un respiro, esa era la muy particular forma de mi mamá para decirme que Becky se quedaba a vivir con ellos. Los vecinos que se llevaron a Canela, se deshicieron de ella después, porque según ellos, era muy latosa, hasta la fecha no me han querido decir que fue lo que pasó con ella, cada vez que les pregunto me evaden; cuando se llevaron a Canela, yo todavía no tenia tanta experiencia, no sabía tanto de asociaciones, ni conocía tanta gente tan linda como los que ahora conosco y que me hubieran ayudado a llevar un buen proceso de adopción, nunca sabrè que fué de canela, y me duele mucho haberle fallado.


Becky está muy bien, está esterilizada y ya es una perrita adulta, pero sigue siendo completamente juguetona e inquieta, hace mucho ejercicio, corre y brinca y los sábados mi hermana la lleva a sus clases de agilidad. Y a pesar de ser tan tosca, es sumamente cariñosa; algunas personas siguen diciendo que es una perrita fea, eso no importa, pues Becky tiene una familia que la ama y la ve como verdaderamente es: Hermosa por dentro y por fuera.


Monn

1 comentario:

Virginia H dijo...

Moni,

Gracias por compartir esta historia hermosa, ojala que Canelita este bien donde se encuentre y te aseguro que Becky es guapisima y lo principal es que tiene mucha gente que la ama.
Gracias, Virginia